Regresemos a 1835, unos meses antes de la huída: Georg Büchner tras conformar un grupo revolucionario dentro de la universidad de Giessen y de vincular a ellos inconformes con el régimen monárquico del Gran Ducado de Hessen, se encuentra en la mira de las autoridades universitarias. En agosto del año anterior un juez de la institución registra por sorpresa su habitación y lo interroga sin hallar razones suficientes para ordenar su arresto. Europa entera vive las luchas entre la reacción monárquica y los anhelos republicanos que buscan erradicar los abusos de la nobleza y el clero. Büchner como buen hijo primogénito, seguía la estela de su padre mediante el estudio de la medicina, pero sus innegables aptitudes y vocación por la escritura se han visto a su vez arrastradas por la estadía en Estrasburgo, de donde regresó anhelando cambiar la situación política de su Hessen natal. 

Con la presión de las autoridades, fiel a sus inclinaciones revolucionarias y con la experiencia francesa reciente, escribe, entre mediados de enero y finales de febrero, la única obra que publicó en vida: La muerte de Danton.

Büchner propone un Georges Danton de carne y hueso: ateo, hedonista, capaz de codearse con grandes personajes y prostitutas. Lo presenta en el momento final de su vida, pues tras haber sido figura clave de la Revolución Francesa al organizar la resistencia popular, se encuentra en la mira de Robespierre por oponerse a los excesos violentos del poder y la persecución de opositores que culminaría en el régimen del terror. Contrasta dos grandes figuras, Robespierre-Danton, además de plasmar con gran precisión histórica y dramática a sus seguidores. La capacidad oratoria atribuida al protagonista es perfecta para el lucimiento de la pluma de Büchner: “¿Hasta cuándo las huellas de la libertad serán tumbas? Vosotros pedís pan y os echan cabezas. Tenéis sed y os hacen lamer la sangre de las escaleras de la guillotina.” 

Con su pieza, Büchner equipara los agravios de su tiempo en Alemania con los de la dictadura jacobina durante la fase final de la Revolución Francesa. Al presentar a Danton como mártir popular, busca persuadir al pueblo a actuar contra la monarquía.

Una vez finalizada, la obra se envía a Karl Gutzkow, editor en Frankfurt, de quien espera obtener algo de dinero para escapar de Hessen. El 9 de marzo Büchner huye vía Weissenburg a Estrasburgo tras incumplir una citación de un juez de instrucción. La muerte de Danton se publicará unos meses después en el Fénix, un periódico literario que omitió algunos pasajes para apaciguar la censura. Tras la fuga, Büchner rompió todo contacto con su padre, pero éste permitió que su madre lo siguiera apoyando con dinero. Dos años más tarde moriría exiliado en Suiza. Danton se representaría por primera vez el 5 de enero de 1902 en el teatro Belle Alliance de Berlín. A partir de entonces no ha dejado de representarse en el mundo entero.

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