Para salvar al PAN del futuro que le espera el único camino es el cambio radical. Cuando gobernó durante dos sexenios el país, nunca se preocupó de mejorar la institución, actualizarla y ampliar sus horizontes a la pluralidad nacional. Con una ideología conservadora, mantuvo cerradas las puertas a la inscripción de nuevos cuadros.

Desde hace años el PAN tiene un número estable de afiliados. Según las últimas cuentas del INE, en agosto del año pasado contaba con 277 mil miembros. El PRI reportaba 1.4 millones y Morena 2.2 millones. La filiación del PAN es la menor de todos los partidos.

Si alguien quiere ser miembro del blanquiazul tiene que pasar por una burocracia ideológica absurda. El Registro Nacional de Militantes del PAN propone 5 pasos para afiliarse, comenzando por un curso, obtener un folio y conservarlo, suponemos que es de adoctrinamiento. Para entrar a Morena, para ser militante de Morena hay 28 pasos o condiciones, pero la realidad es que, a partir de los 15 años, lo único que se necesita es presentar datos del INE, del Curp. Por eso tiene diez veces más militancia que Acción Nacional. Tan solo en Guanajuato cuenta con 54 mil 901 afiliados.

El triunfo de Morena recuerda a la aplanadora del PRI, cuando todo mundo era del “partido” o se alineaba por conveniencia con quien estaba en el poder. Puede suceder lo mismo. Si mañana Morena hace una gran campaña de afiliación podría reunir 10 millones más con el sólo registro de los beneficios sociales. Hay una fuerza de gravedad mayor en los triunfadores que en los derrotados.

Llama la atención que en los listados del INE están los nombres de todos los 2.4 millones de morenistas. Se puede bajar en Excel la información y hacer búsquedas por estado. Un nombre fácil de identificar como Sheffield ahí está. Ese mismo morenista que fuera despreciado en el PAN por Miguel Márquez Márquez acaba de ganar la senaduría.

Muerto el PRD y moribundo el PRI, la única esperanza para el PAN es una transformación radical. Lo repetimos a propósito. Pongamos el ejemplo de Guanajuato, uno de sus últimos 4 bastiones en el país. Si el juego de las sillas sigue con los nombramientos de los mismos de siempre, si el gobernador elige a todos en todas partes y luego la nueva gobernadora sigue con la mala costumbre del dedo, en 3 años perderán el Congreso y la gobernabilidad.

Imagine usted que en lugar de un solo candidato (Aldo Márquez) a la presidencia del partido en Guanajuato, hubiera tres o cinco. Que cada uno tuviera ideas de renovación y que se invitara a elecciones abiertas entre la militancia para su elección. El nuevo líder podría iniciar una campaña de participación sin tanto curso, sin tanta burocracia y con una meta de llegar a cien o doscientos mil panistas inscritos en el padrón estatal.

El PRI no sólo era un partido mayoritario en los setentas, también era un gestor de necesidades, peticiones y quejas ante el poder. Como partido hegemónico, tenía todos los hilos con los funcionarios.

Si a Morena se le ocurre no sólo apropiarse del mérito de las ayudas sociales, sino que también se convierte en gestor de causas populares frente al gobierno, el PAN necesitaría otra generación para regresar al poder. 

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