Escondida en la página 10 del periódico “Cinco días” de España, hay una nota que pudo ser el encabezado principal: en el solsticio de verano el mundo produjo el 20% de la energía eléctrica con celdas solares. 

El viernes 21 de junio fue el día más soleado del año y por eso se logró el récord. Pronto la energía solar y el uso de baterías más económicas desplazarán al carbón, al gas y, claro, al sucio combustible que usa la CFE. 

Apenas en una década la energía solar rebasó al carbón como fuente de producción eléctrica. En diez años más, la producción eólica y solar superarán a los combustibles fósiles, además a un costo muy inferior. La producción de un megavatio solar puede ser tan económica como 600 pesos, cuando los costos de producción de la CFE son de 1,700 pesos, casi tres veces más.

México tiene la latitud perfecta para convertirse en una potencia mundial generadora de energía solar. Con el desierto de Sonora se podría producir la energía que requiere todo Estados Unidos. El reto no solo es producir electricidad, sino guardarla y distribuirla a través de una red obsoleta (en México y en EEUU). 

Los fabricantes de autos eléctricos se dan cuenta de que los vehículos pueden también ser lugar de almacenamiento y reutilización. Hay empresas que prevén que cada casa, cada domicilio, pueda tener una pequeña computadora para comprar y vender electricidad dependiendo del día, la hora y la demanda total. La inversión en startups con esa tecnología comienza a surgir. 

La Pick Up Ford “Lightning”, tiene la conexión para convertirse en batería auxiliar y resolver un apagón en casa. En el campo y en la ciudad puede cargarse con celdas solares y luego regresar energía a la red eléctrica. La descentralización también vendrá por la facilidad del autoconsumo. Empresas pequeñas y medianas encuentran en sus techos la mejor forma de ahorro. Una buena instalación de paneles solares se paga en menos de 4 años. 

Mientras el mundo sufre elevadas temperaturas históricas, en el sol que nos derrite está la solución para disminuir la expulsión de carbón a la atmósfera. Parte del éxito está en la constante reducción del precio de los paneles solares. China los produce como si fueran tortillas. España los usa tanto que llega en ocasiones a producir el 30% de su electricidad con ellos. 

Toda solución también acarrea problemas inesperados. ¿Qué vamos a hacer con Pemex y sus refinerías ineficientes y costosísimas de operar? ¿Qué vamos a hacer con la CFE y su enorme pasivo laboral? Sabemos que lo vamos a pagar con más impuestos, subvenciones y la distracción del gasto público para pagar sus pérdidas y deudas acumuladas. A la mano tenemos instrumentos de productividad que usan otros países en forma acelerada. España no solo produce energía solar para consumo propio, también la exporta. México podría revertir el déficit de gasolina, gas y energía volcándose a la producción solar. Pero el gobierno no tiene dinero ni la capacidad de gestionar ese crecimiento vertiginoso. Sabemos que hay un freno enorme para el famoso “nearshoring”: falta de electricidad. Por fortuna Claudia Sheinbaum es experta y sabe lo que se necesita. Jamás diría que los generadores eólicos de la Rumorosa “afean el paisaje” como lo dijo por payasada o por ignorancia el presidente.

 

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *