Se necesitan dos para bailar un tango”
Dicho popular
Para crear una democracia se necesitan dos, tres o más partidos. Lo demás es dictadura o autocracia. ¿De qué sirve un Congreso con diputados de un sólo partido que nada más obedecen y un Poder Judicial a modo? A los autócratas les conviene la simulación para obtener el poder absoluto e imponer su ideología. Por eso la resistencia o la lucha por la democracia comienza hoy.
Xóchitl Gálvez, quien viene a León donde tuvo un gran apoyo, debe sentir orgullo de haber enfrentado una elección de Estado, debe estar agradecida con la vida por llevar a millones la esperanza de ¡vida, verdad y la libertad! Cualquier otro líder habría perdido el entusiasmo, la energía y la voluntad de seguir adelante.
Sin la caparazón del PAN y del PRI, sus seguidores están listos para comenzar de nuevo con una organización nacional ciudadana. La llamada Marea Rosa no se desintegró por la derrota en las urnas. Quienes animaron las marchas en defensa de la autonomía del INE, del Poder Judicial y la democracia, siguen ahí. Ellos no fallaron ni tampoco Xóchitl. Claro que hubo el sueño de triunfar. No se puede ir a una batalla sin la ilusión de ganar.
Pero si le damos la vuelta a los días difíciles después del 2 de junio, vemos posibilidades enormes de seguir adelante. Para contrarrestar el posible avasallamiento de un partido o de un líder máximo de la 4T, la oposición debe reagruparse sin los partidos. Que nunca más se escuche la palabra PRIAN.
En muchas democracias la oposición triunfó cuando los electores comprendieron con claridad que la alternancia no sólo era posible sino indispensable. El caso de Javier Milei en Argentina, de Emmanuel Macron en Francia y de muchos otros líderes que salieron fuera de los partidos tradicionales, es muestra de que el trabajo político auténtico rinde frutos al tiempo.
Lo primero es no perder la fe en que el único camino posible para México es la democracia. Sin perder un día, una hora, sin perder un minuto, la oposición debe reunirse de nuevo para arrancar un proyecto ciudadano. Xóchilt lo puede encabezar. Tiene los atributos de liderazgo, honestidad y patriotismo para hacerlo. Su historia fue la de nunca ceder ante la adversidad. Ni cuando luchó por educarse, ni cuando fue al D.F. para entrar a la UNAM, ni cuando inició su vida empresarial. Tampoco cedió terreno a la lucha contra la pobreza y en favor de las minorías indígenas de las que ella forma parte.
Podemos recordar los mejores discursos, desde el que escribió Willam Shakespeare en Enrique V, el de los “Happy few…band of brothers”. Los “Felices pocos, banda de hermanos” en el discurso del día de San Crispín cuando los ingleses eran superados cinco a uno por los franceses y ganaron. O el discurso de Churchill cuando los políticos ingleses querían ceder frente al poder de Hitler. “Lucharemos en todas partes…nunca nos rendiremos”. Solo con esa pasión del maravilloso escritor inglés y el héroe de la Segunda Guerra se puede lograr, vida, verdad y libertad.
Podríamos seguir con el Sueño Imposible de la obra sobre El Quijote de la Mancha, o el ejemplo de Benito Juárez cuando enfrentó a la oligarquía imperial europea de Maximiliano y a la poderosa Iglesia del Siglo XIX. En su momento Juárez viajaba por el país y el extranjero en lucha por la República.
Sólo está derrotada quien así lo admite. Esta lucha apenas comienza.