El objetivo del principio de subsidiariedad es garantizar que la toma de decisiones se desarrolle lo más cerca posible del ciudadano”.
Concepto democrático universal
No hay ninguna razón por la que el gobierno de Guanajuato quiera extinguir el FIDESSEG o Fideicomiso de Administración e Inversión para el Desarrollo Social y la Seguridad Pública. La única explicación es que no quiera entregar cuentas transparentes, que matando el invento, la próxima legislatura plural no pueda indagar qué se hizo con los recursos.
Breve historia: empresarios aportaron dinero extra del impuesto de la nómina para apoyar causas sociales bajo una administración descentralizada y autónoma. La idea provino del éxito que tiene ese proyecto en Chihuahua, donde buena parte del dinero se usó en apoyar a las policías locales. Los empresarios de ese estado lo hicieron con mucho talento y crearon una institución ejemplar. El gobierno les facilitó todo.
En Guanajuato, el invento se usó para apoyar a empresas durante los duros meses de la pandemia (buena idea) y luego para extender la mano a instituciones que la Federación dejó al garete. Supimos por empresarios que el asunto no iba bien. Pedimos información detallada de la operación del fideicomiso, a quién se le prestó dinero y en qué condiciones. Todo lo ocultaron.
Alma Alcaraz, antes de ser candidata de Morena, pidió informes sobre 163 millones de pesos que presuntamente no aparecían en las cuentas. El PAN la mandó a volar. Hoy hay una auditoría en el fideicomiso y los diputados de Acción Nacional deciden sacar a los empresarios del proyecto, matarlo y enviarlo a la Secretaría de Desarrollo Social. Si gritan y se desgañitan por lo que hace López Obrador con los organismos autónomos, en Guanajuato lo hacen con una pequeña institución que puede llegar a ser muy grande con el tiempo si se gestiona bien.
Para tratar de atajar las críticas, panistas dicen que el apoyo seguirá ahí, que nada cambiará. Luego aseguran que hubo corrupción, tortuguismo o desvíos. Cualquier desorden se puede auditar y llamar a cuentas a quien haya abusado o desviado recursos. Pero no por eso van a matar un proyecto noble y mandarlo a manos de la burocracia. Además el compromiso existe: nosotros ponemos más dinero y el gobierno nos secunda, dijeron los empresarios. Eso se llama subsidiariedad. Algo que cacarean los panistas cada que pueden hacerlo en campaña pero que ahora se lo tragan pareciendo morenistas totalitarios.
Por más que quieran matar al enfermo para que no apeste, para que los empresarios y los ciudadanos no sepamos a dónde fueron a parar nuestras aportaciones, la siguiente legislatura podrá pedir cuentas si una mayoría de diputados así lo decide.
El próximo sexenio la negociación política será esencial. Para Libia García, la candidata electa, resulta una buena primera prueba de talento político. ¿Abrirá las cuentas y transparentará todo? ¿Traicionará los principios de su partido y no escuchará a las organizaciones de la sociedad civil y a los empresarios?
Es una bomba porque hace mucho que la base de apoyo moral y político de Acción Nacional no había expresado tanto malestar. Con el desastre de la seguridad pública en Guanajuato, con la postura de avestruz de los dirigentes, con la pésima imagen de su líder Marko Cortés y con los fracasos nacionales, el blanquiazul no puede darse el lujo de traicionar sus principios en Guanajuato. Debe fortalecerlos.
Libia García debe hablar, no puede mantener el silencio cuando faltan justo tres meses para que asuma el mando. Todos necesitan de sus buenos oficios. Por cierto, hablando de eso, los regaños y amenazas a empresarios están fuera de lugar y de tono.