Elegir al nutriólogo adecuado es una decisión que no puede tomarse a la ligera, no se trata de pedir una recomendación en Internet o con familiares y amigos, ya que existen varios campos laborales en los que se desempeñan los nutriólogos y es necesario saber específicamente a cuál se debe acudir.
Ana Olivia Caballero, nutrióloga certificada y coach nutricional, recomendó a los interesados en acudir con un nutriólogo comunicarse a una asociación confiable, en este caso, al Colegio de Nutriólogos de León para recibir orientación.
“Habemos nutriólogos de distintos tipos, unos dedicados al control de peso, otros a la parte clínica, a la nutrición deportiva, unos que se autodenominan funcionales o dedicados a la nutrición comunitaria”.
Agregó que los nutriólogos clínicos en general trabajan en la terapia médica nutricia, propuesta por la Academia Americana de Nutrición y Dietética.
“Un nutriólogo clínico trabaja con los alimentos justo para el proceso de salud o enfermedad particular de cada persona, eso es diferente a lo que hacen nutriólogos dedicados a otras áreas”.
Señaló que es importante que quien busca bajar de peso lleve una alimentación adecuada que cumpla con las características de una dieta correcta establecida en la normativa de la Secretaría de Salud y encontrar un especialista que haga una valoración integral de su estado de salud y nutrición.
“No es suficiente que una persona llegue a un consultorio, se siente y solo le pregunten qué le gusta comer y cuánto peso quiere bajar, es necesario que se le haga una valoración de distintos puntos, un indicador dietético para evaluar su alimentación, hábitos y conductas alimentarias, así como su estado de salud pasado y presente, saber en qué condiciones llega para indicarle la alimentación adecuada a su caso”.
También se tiene que hacer una valoración antropométrica, pesar, medir y sacar lo que se conoce como panículos adiposos, la composición de la cantidad de masa muscular, agua, hueso y grasa.
“En lo bioquímico se ven los estudios de laboratorio, la biometría hemática, glucosa, urea, creatinina, colesterol y triglicéridos para hacer una evaluación integral individualizada y generar un diagnóstico nutricio y, a partir de ahí, generar el mejor proyecto o programa de alimentos y no una dieta restrictiva”.
Recomendó a los especialistas trabajar en equipos interdisciplinarios: nutriólogo, médicos de distintas especialidades y psicólogos, ya que la cuestión de la alimentación y control de peso ya que no es meramente una cuestión de la comida.
“Es algo más importante, se tiene que evaluar ¿Por qué se come? ¿Dónde se come? ¿Cómo se come? ¿Con quién se come? y si hay una alteración de las conductas alimentarías se tiene que saber cuáles son y la razón de ellas”.
Pidió no llevar a chicos menores de 18 años a seguir dietas restrictivas para bajar de peso, ya que éstas fomentan prácticamente en un 100% de los chicos un riesgo elevado para trastornos de la conducta alimentaria.
“Prácticamente el 90 % de los trastornos alimentarios como anorexia y bulimia inician con una dieta restrictiva para bajar de peso, eso es algo que antes no se sabía pero ahora que se tiene claro, debemos cuidar a los chicos y no someterlos a ayunos intermitentes, ni a dietas cetogénicas para evitar los riesgos”.